
No hay nada más duro para unos padres que ver a su hijo sufrir. O darse cuenta de que lo ha estado pasando mal durante mucho tiempo sin que nadie se diera cuenta. Cada vez son más numerosos los casos de bullying y sobre todo, de cyberbullying, a través de redes sociales y de los móviles.
Saber detectar estos casos es muy importante para evitar daños mayores y para poder parar todo antes de que el menor esté seriamente perjudicado. En ningún caso debe dejarse pasar o ignorarse.
¿Cómo son los casos de acoso o bullying?
- Intimidaciones. Comienzan poco a poco y se van intensificando, de insultos, motes agresivos, críticas e incluso, rumores falsos muy perjudiciales. Estas intimidaciones suelen propagarse aún más a través de redes sociales y de WhatsApp. Hay casos en los que los acosadores crean páginas de mofa sobre compañeros o crean grupos de conversación adrede para ello implicando a más personas.
- Aislamiento del resto de compañeros de clase. Esto implica que el resto del grupo, aunque no participe de forma activa en el acoso, secunda por contagio o por miedo s sufrir las mismas vejaciones.
- Robos y vejaciones. Los insultos pueden llevar a quitarle al niño dinero, su comida u objetos de valor, como su teléfono, un mp3, una consola, sus zapatillas o su mochila.
- Agresiones físicas.
¿Cuáles son los signos para detectar que un niño está siendo acosado?
- Cierto aislamiento. El niño siempre vuelve solo a casa, no se le invita a casas de otros niños, no va a cumpleaños, entra solo al colegio.
- El niño tiene pesadillas, no duerme bien y no quiere irse a la cama.
- El niño tiene cambios de apetito y no come igual que antes.
- El niño tiene dolores de cabeza, de tripa o vómitos sin razón aparente, probablemente somáticos por el estrés.
- El niño no se muestra ilusionado por las salidas del colegio o por las convivencias, a las que no quiere ir.
- El niño pide que se le acompañe al colegio y que se le recoja, cuando antes no quería o ya iba solo desde hace tiempo.
- El niño está triste y no explica la razón, intenta disimular u ocultarlo.
- El niño no se comunica o lo hace de forma anormal a la habitual.
- Los profesores indican que el niño se salta clases o se escapa, algo que no había hecho nunca y que además lo hace solo, sin ningún amigo o compinche.
- El niño tiene heridas o moratones inexplicables.
- El niño ‘pierde’ con demasiada frecuencia sus objetos personales de valor o pide dinero para cosas que no necesita muchas veces.
¿Cómo se diferencia una pelea entre niños de una situación de acoso?
La continuidad es la característica básica. Una cosa es que dos niños tengan sus diferencias y se peleen, pero quizás eran amigos antes y tras la misma, vuelvan a serlo. El acoso se diferencia por continuar y sobre todo, por agravarse poco a poco.
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